Sr. PARRILLI, Ángela

Queridas hermanas:
el día 12 de febrero 2025, en la casa Madre Mazzarello de Bahía Blanca, el Señor ha llamado al
descanso en la paz sin fin a nuestra hermana
Sr. PARRILLI Ángela
Nació en Cutral Có, Pcia. de Neuquén, el 22 de enero 1937
Profesó en Morón, el 24 de enero de 1964
Hija de inmigrantes italianos, Ángela fue la mayor de 9 hijos, crecida en una familia unida y creyente. Vivieron en Cipolletti y algunos años en San Martín de los Andes; el papá era comerciante, la mamá ama de casa, ambos trabajadores incansables. Sin duda, Ángela se forjó en este ambiente impregnado de valores humanos y cristianos que cultivó a lo largo de la vida en gestos de amor y cuidado por su familia. Sus sobrinos hoy recuerdan su presencia atenta y solícita hacia todas sus hermanas.
Frecuentó la escuela primaria en Junín de los Andes y luego estudió en la Escuela Profesional de Bahía Blanca, Lencería y Bordado en blanco y Dibujo y Arte Decorativo, como alumna interna. Aquí se sintió atraída por la vida de las hermanas y nació el deseo de ingresar en el Aspirantado que concretó a los 23 años.
Sus primeros años de profesión estuvo en Junín de los Andes (1964-1971) como asistente de las internas y profesora de corte y confección, desempeñándose con habilidad para la enseñanza y el trabajo que donaba sin medida a las hermanas y a las chicas.
En Bahía Banca María Auxiliadora fue ayudante de la ecónoma (1973) y luego de dos años de descanso por cuestiones de salud en Gral Roca (1974-1975), pasó a Gral Acha (1976-1977) y Viedma (1978) como ecónoma y Maestra de labores.
Durante 10 años (1979 a 1988) y luego del 2003 al 2008, siendo miembro de la comunidad de Bahía Blanca María Auxiliadora, prestó el servicio de chofer conduciendo el automóvil en las visitas de la Hna Inspectora a las comunidades. Conducía muy bien, con seguridad y serenidad. Al llegar a las casas que visitaban, se prestaba generosamente para ayudar, si era necesario. Su destacada reserva y “pocas palabras” fueron cualidades valoradas en ese tiempo en los que podía presenciar situaciones que pidieran reserva en la caridad, y ella la vivía aún con sus amigas. Recuerda una hermana: “A veces se la juzgó como poco piadosa; pero, ella gustaba de la oración personal, muy acorde a su carácter silencioso. Nosotras comprendíamos su ausencia en algunos momentos de la vida comunitaria, por el cansancio de sus largos viajes, sus dolencias en el estómago y su poca alimentación. La sentíamos una hermana con una vida muy entregada”.
En Junín de los Andes (1989-1990) fue profesora del Taller “Laura Vicuña” y luego de un año de descanso en Viedma (1991), estuvo en Villa Regina (1992-1994) donde se desempeñó como ecónoma y en actividades pastorales en el barrio. También fue ecónoma en Gral Roca (1995-1998) y en Viedma (1999). Durante estos años, la Hna Ángela se destacó por su empeño incansable en las construcciones o remodelaciones de sectores de la comunidad, donde se apreciaba su sentido práctico, buen gusto y belleza.
Su deseo era que “las cosas se hagan bien” para que las hermanas tuvieran las comodidades necesarias al servicio de la misión.
Luego de realizar variadas actividades en Bahía Blanca Madre Mazzarello (2000-2008) y en Fortín Mercedes (2009), regresa a Gral Roca (2010) como ayudante de la ecónoma en la administración de la comunidad. A fin de ese año, movida por un gran amor por su familia, pidió permiso de ausencia para cuidar a sus hermanas hasta su fallecimiento. “Era muy sensible al sufrimiento de los niños, sobre todo los abandonados, sentimiento que compartía con una de sus hermanas. De hecho, en su familia tenía tres sobrinos adaptados”.
Narra una hermana: “Regresó a la comunidad consumida y enferma” (2017 a B. Blanca Madre Mazzarello y 2018-2022 a Gral Roca). “Muy sensible humanamente, muy sufrida anímicamente, manifestaba mucha tristeza”. “Desde el año 2023 permaneció en cama en la enfermería de Bahía Blanca, en un silencio que sólo Dios conocía; totalmente inapetente, se fue consumiendo día a día”. “Sólo nos comunicábamos tomándonos de la mano y sabemos que ella sentía nuestro cariño y oración”. La Hna Silvia, Inspectora, estuvo en esos días últimos antes de partir y pudo rezar con ella. La Hna Ángela respondió asintiendo con la cabeza a las dos preguntas que le hizo: “¿Estás cansada? ¿Sientes que Jesús ya viene a buscarte?” Sin duda que no pudo superar la depresión que sufría. Así se fue apagando hasta la madrugada hoy, sin escucharle una queja, sonriendo muchas veces a las palabras al oído que le podíamos decir. Y ya encontró el motivo de su alegría: el abrazo misericordioso y amoroso de un Dios que la amó desde siempre, así como ella era.
Querida Hna Ángela, que ya estás con el Señor en su Casa, recibe el profundo abrazo de la Virgen invocada en los repetidos rosarios de los largos trayectos patagónicos, e intercede por nosotras para que vivamos peregrinas del tiempo en esperanza.
Ofrezcamos por esta querida hermana nuestra oración de sufragio.
Hna Silvia Boullosa
Inspectora ARG