Sr. CAMPAÑA CASTRO, Virtudes

Queridas hermanas:

en la mañana del domingo 11 de agosto 2024, en el Policlínico del Docente de Buenos Aires, partió a celebrar la fiesta eterna de la Pascua nuestra hermana

Sr. CAMPAÑA CASTRO Virtudes

Nació en Louro, España, el 12 de diciembre de 1940

Profesó en Morón, Buenos Aires, el 24 de enero de 1962

Virtudes era la mayor de 4 hermanos. En los primeros años de su infancia, la familia vivía en el campo, en una aldea. Su papá era agricultor y su mamá modista. Más tarde, el papá se empleó en una compañía naviera que hacía viajes de Barcelona a Buenos Aires. Cuando Virtudes tenía 9 años, la familia emigró a la Argentina y se radicó en el barrio de Almagro. Continuó la educación primaria con las Madres del Sagrado Corazón quienes, en la sencillez del cotidiano sostenido por la fe de su mamá, le brindaron la oportunidad de experimentar el llamado a “entregarse a Jesús”. Finalizó la escuela primaria en el Colegio María Auxiliadora de Almagro y continuó como artesana interna por dos años en la Escuela Profesional, cursando el último año de estudios como aspirante y postulante y obteniendo a fines del año 1959 el título de Maestra de Lencería y Bordado.

Luego de los años del Noviciado donde “no tuve mayormente dificultades, aunque algunas cosas me costaban por mi timidez”, como expresa en sus memorias, la Hna Virtudes estuvo en las casas de Bernal (1962-1963; 1975- 1976), Almagro (1963-1972), Río Gallegos (1972-1973), Ensenada (1973-1975), “dedicada siempre a las tareas de la casa”: lavandería, ropería, despensa, comedor, enfermería, portería y chofer de la comunidad. Fue maestra de Manualidades en 2° y 4° grado en Almagro, asistente en los recreos y animadora junto a otra hermana del Oratorio de Santa Coloma en Bernal.

A partir del año 1976 fue ecónoma en las casas de Avellaneda (1976-1979), Garay (1979-1981), Casa San José (1982-1984; 1990-1994), San Miguel (1984-1990, 1995-2001; 2004-2005), Almagro (1994-1995), Morón (2001-2004). “Esta tarea me gustaba mucho porque podía ayudar a las hermanas en sus necesidades”, comparte en sus escritos, ingeniándose muchas veces para realizar industrias que le obtuvieran beneficios cuando el dinero no alcanzaba. A partir del año 1994 disfrutaba recibiendo las hermanas durante el verano en Santa Rosa de Calamuchita, Córdoba, poniendo a disposición de ellas la casa y su servicio.

Desde el año 2005 al 2009 se dirige a España para estar al cuidado de su papá hasta que falleció. De regreso, luego de prestar servicios comunitarios por unos meses en la Casa Inspectorial de Buenos Aires, fue a Río Grande debiendo regresar, a los pocos meses, por problemas de salud. A partir del año 2012 la encontramos en la Casa San José en reposo, disponible para las tareas de la comunidad, el cuidado de las plantas y de alguna mascota también.

Una de sus compañeras de profesión recuerda: “la Hna Virtudes tenía un temperamento fuerte, era pronta y rezongona en sus respuestas; pero enseguida lograba mostrar la calidez de su corazón ofreciendo lo necesario, atenciones, cuidado, servicio… Fue siempre devota de la Virgen: a ella se dirigía con sencillez y estaba segura que la vendría a buscar en la última hora”. Si se sentía en confianza, era capaz de aceptar la ayuda necesaria para revisar sus actitudes y reconciliarse con su historia personal. Era decidida en aquello que se proponía y estaba dispuesta a lograr sus objetivos, a costa de cualquier sacrificio. Era muy afectiva, cercana a sus hermanos y familiares; pero, no siempre fue plenamente comprendida. Lograba abrirse y confiar sólo si no se sentía juzgada. Su inteligencia práctica la mantenía en continua actividad. Una señora comparte: “Desde mis 14 años, ella fue mi segunda mamá. Me crió, me promocionó en la vida, sentí su cariño y cuidado, y yo le estoy muy agradecida por su acompañamiento y esperanza”. 

Desde hace un mes comenzó a manifestarse una insuficiencia cardíaca que le imposibilitaba trasladarse sin sentirse fatigada. Si bien le costó siempre cuidarse a sí misma, en este último tiempo fue dócil a las atenciones que se le brindaban, tratando de no pesar en los demás sus dolores que eran intensos. Hace una semana fue necesario hospitalizarla en unidad coronaria por la gravedad de su estado, y ella, con plena conciencia, se fue despidiendo de todos, con amor y gratitud. “Ya estoy lista, el Señor me espera”, se la escuchó decir. Sorprendía su serenidad y entereza frente al momento trascendente que estaba por vivir.

Esta mañana nos comunican desde la clínica su partida… 

“Nadie puede venir a mí, si no lo atrae el Padre… y yo lo resucitaré”. Querida Hna. Virtudes, hoy se cumplió en vos la Palabra de este día. Llegaste al Padre atraída por su amor y Él te llevó al descanso de su misericordia.

Ofrezcamos por esta querida hermana nuestra oración de sufragio.

Con afecto

Hna Silvia Boullosa 
Inspectora ARG