Durante la ocupación, no pudiendo seguir sus estudios, consiguió trabajo en una industria local. Pasaba su tiempo libre en el Oratorio donde, en estrechísima amistad de ideales con los otros cuatro, animaba las asociaciones y las actividades juveniles.
La gente recuerda que era sensible, pero al mismo tiempo alegre, sereno y simpático; y siempre estaba dispuesto a ayudar a los demás. Casi todos los días comulgaba; rezaba el Rosario en la noche. En un mensaje a su familia escribió: “En Wronki, como estaba solo en mi celda, he tenido tiempo de examinarme. Prometí vivir de una forma diferente, como nos había recomendado Don Bosco, viviendo para agradar al Señor y a su Madre, María Santísima… Le pido al buen Dios para que todas estas tribulaciones me tocan a mi y no a ustedes”.
Eduardo Klinik
Eduardo Klinik nació en Bochum el 21 de junio de 1919, tímido y sereno, se volvió más vivaz desde que entró al Oratorio. Era un estudiante sistemático y responsable.
Se distinguía por estar muy comprometido en todo tipo de actividad y daba la impresión de ser el más serio y profundo.
Jarogniew Wojciechowski
Jarogniew Wojciechowski nació en Poznan el 5 de noviembre de 1922, era pensativo y trataba de tener una visión general de las cosas para comprender lo que sucedía. Era un líder en el mejor sentido de la palabra. Se destacaba por su buen humor, su compromiso y su testimonio.
Czeslaw Jozwiak
Czelaw Jozwiak nació en Lazynie, el 7 de setiembre de 1919. Era de carácter algo temperamental, pero espontáneo, lleno de energía, dueño de sí, dispuesto al sacrificio, consistente y positivamente acreditado. Se veía que aspiraba a la perfección cristiana y progresaba en ello.
Uno de sus compañeros de prisión escribió: “Tenía buen carácter y corazón y un alma como de cristal… Me confiaba una de sus preocupaciones: no mancharse nunca con ningúna impureza”.
Edward Kazmierski
Eduardo Kazmierski nació en Poznan el 1º de octubre de 1919. Se caracterizaba por su sobriedad, prudencia y bondad. Pudo desarrollar en el oratorio insospechadas dotes musicales. La vida religiosa que se respiraba en su familia y en los Salesianos lo llevó pronto a la madurez cristiana. Durante el tiempo de prisión demostró gran amor hacia sus compañeros de más edad. Estuvo libre de cualquier sentimiento de odio hacia sus persequidores.