En 1897 se trasladó al hospital de Agua de Dios con su familia después que su padre se contagiara lepra.
Aquí la joven se sintió fascinada por el carisma de Don Luis Variara y decidió convertirse en un miembro del Instituto de las Hijas de los Sagrados Corazones de Jesús y María, fundado para la asistencia espiritual y el cuidado de los enfermos de lepra.
Dos años después de la fundación del instituto, su primera superiora general, la Madre Oliva, muere y Ana María es elegida como su sucesora.
Sería la discípula más cercana al fundador, la heredera, y también la responsable de transmitir el espíritu propio del instituto, para hacerlo crecer, actuarlo y, al mismo tiempo, mantenerlo fiel a las raíces.
En ella destaca un corazón totalmente eclesial, que se manifiesta en un gran amor por la Iglesia, la Eucaristía y los sacerdotes, una gran confianza en la Divina Providencia, una clara conciencia del espíritu de víctima, vivido en la aceptación y ofrenda de todas las situaciones de la vida, sobre todo el sufrimiento y la adversidad, mostrándose siempre alegre y llena de bondad y dulzura en la acogida y familiaridad con todos los que se encontraba.
Murió el 5 de marzo 1982, a los 98 años.
ORACIÓN POR LA INTERCESIÓN DE LA SIERVA DE DIOS ANA MARÍA LOZANO
Señor, has hecho ver a los pequeños y a cuantos sufren la ternura de tu corazón amabilísimo y la dulzura del Inmaculado Corazón de María Auxiliadora de los cristianos , a través de la bondad y la sencillez con la que la Madre Ana María, nos ha trasmitido el carisma victimal salesiano, aprendido del Beato Luís Variara.
Concédenos vivir de manera sencilla y alegre la confianza en la Divina Providencia y el amor solícito hacia el prójimo, en especial a los más necesitados.
Por Cristo, nuestro Señor.
Amén.