Comunicaciones

Circular N° 1038 Madre Chiara Cazzuola

Un sueño que aún llama

(1 Tesalonicenses 5:18.)

Queridísimas hermanas:

Todavía tengo en mis ojos y en mi corazón los rostros, los colores, las expresiones de vida y alegría de las Hijas de María Auxiliadora, de los jóvenes, de tantos niños y niñas, de las comunidades educativas que participaron con entusiasmo en la Fiesta Mundial de la Gratitud, celebrada recientemente en Maputo, en la Inspectoría mozambiqueña San Juan Bosco. Agradezco de nuevo a la Inspectora, Sor Carolina Ilda Hermínio, y a todas las hermanas de la Inspectoría por su esmerada preparación y por haber facilitado la presencia cordial y afectuosa de las comunidades educativas del mundo, a través de un trabajo atento y coordinado con el Sector de Comunicación Social del Instituto. Les escribo con el corazón lleno de gratitud por las muchas muestras de afecto y cercanía que he recibido, y les aseguro mis oraciones por las intenciones que llevan en el corazón. Junto con ustedes, doy gracias a las comunidades educativas y a los miembros de la Familia Salesiana que se han hecho presentes de diversas maneras. Gracias también por los signos concretos de solidaridad que he recibido, que se utilizarán para financiar el proyecto presentado por la Provincia de Mozambique y para otras necesidades del Instituto.

Hacia el 150º aniversario de la primera salida misionera de las FMA

El año 2027 será para nosotras, Hijas de María Auxiliadora, el 150º aniversario de la partida de los primeros misioneros de Mornese a Uruguay y luego a Argentina. Cada celebración, cada aniversario importante es una llamada a volver a las raíces de nuestra historia, a las fuentes de nuestra espiritualidad. Recordemos, con alegría y gratitud, las palabras del Papa Francisco a la Asamblea Capitular el 22 de octubre de 2021: «No olviden la gracia de los orígenes, la humildad y la pequeñez de los comienzos que hicieron transparente la acción de Dios en la vida y en el mensaje de quienes, llenos de asombro, iniciaron este camino».
El 150º aniversario de la primera salida misionera se sitúa en este horizonte y nos invita a redescubrir la llamada misionera que forma parte de nuestro ser Hijas de María Auxiliadora, desde el principio. De hecho, sentimos, como ya se ha compartido en la preparación al CG XXIV, que a veces la superficialidad, el activismo, el débil sentido de pertenencia a la comunidad, la sobrecarga de trabajo, la falta de pasión educativa y de misión vivida sobre todo como ocupación profesional, debilitan nuestro camino, comprometen la eficacia de la misión educativa y el clima vocacional de las comunidades. «Por lo tanto, estamos continuamente llamados a renovar nuestras motivaciones vocacionales, manteniéndonos en sintonía con la realidad y con la opción preferencial por los jóvenes más pobres» (Documento de trabajo CG XXIV, 3).A veces, al visitar nuestras obras, uno tiene la impresión de que no hay una clara identidad salesiana, que el espíritu misionero no es un fuego encendido, dinámico y fuerte. Parece que estamos más preocupados por los resultados profesionales que por los educativos. El ardor del da mihi animas cetera tolle y del mandato recibido de Madre Mazzarello te los confío, parecen latentes.
En una cultura que tiende a la descristianización, a hacer «neutra» toda intervención, incluso la intervención educativa; en una sociedad que parece acallar su conciencia haciendo que todo sea igual y todo posible de la misma manera, el sueño de Don Bosco y de Madre Mazzarello resuena aún con más fuerza en nuestros corazones. Por eso estamos llamadas a redescubrir, con mayor entusiasmo y responsabilidad, el sentido de la misión, de «caminar juntos» como comunidad educativa, con los jóvenes, para mostrarles motivos de esperanza y alegría en Jesús.
Nuestro testimonio contribuirá así a despertar en todos el sentido de una vida entregada por amor, impulso del espíritu misionero, del protagonismo del amor, en vista de una sociedad más justa y fraterna. La pasión carismática que hace significativa nuestra presencia entre los jóvenes tiene sus raíces en la mística del da mihi animas y en la ascesis de los cetera tolle. No podemos vivir el uno sin el otro. Para Don Bosco, la pasión por la educación es un fuego que arde y tiene como objetivo ganar a los jóvenes para Cristo. Para Don Bosco, la pasión por la educación es un fuego que arde y tiene como objetivo ganar a los jóvenes para Cristo. Refiriéndose a San Francisco de Sales, nuestro Fundador orienta su vida a la realización de la misión, experimentando personalmente el amor de Dios del que saca fuerzas para amar y conducir a los jóvenes a la «Vida plena y abundante», aceptando pagar el precio del cetera tolle.

Un camino de conversión del corazón

Deseo compartir con ustedes la reflexión que estamos haciendo con las hermanas del Consejo General en preparación a la celebración oficial del 150° aniversario de la primera partida misionera de nuestras hermanas (14 de noviembre de 1877), que tuvo lugar dos años después de la primera expedición misionera de nuestros hermanos salesianos (11 de noviembre de 1875).
Queremos dedicar un período de tres años de preparación a este gran evento, que comenzará el 14 de noviembre de 2024 y finalizará el 14 de noviembre de 2027. De hecho, como Instituto, tenemos la intención de seguir un camino personal y comunitario de conversión del corazón y de gratitud al Señor por las maravillas realizadas en nuestra humilde, pero valiente historia misionera.
En este punto de nuestro camino, como Hijas de María Auxiliadora, es vital y urgente volver a despertar el fuego de la misión, característica peculiar de nuestra identidad carismática.
Conscientes de que no se trata sólo de hacer cosas o realizar actividades, aceptamos la invitación del Papa Francisco: «Hoy, en este ‘andar’ de Jesús, están presentes los escenarios y desafíos siempre nuevos de la misión evangelizadora de la Iglesia, y todos estamos llamados a este nuevo ‘alcance’ misionero. Cada cristiano y cada comunidad discernirá el camino que el Señor pide, pero todos estamos invitados a acoger esta llamada: salir de nuestra zona de confort y tener la valentía de llegar a todas las periferias que necesitan la luz del Evangelio» (Evangelii gaudium, 20).
La misión de Cristo Redentor, confiada a la Iglesia, está aún lejos de cumplirse y una mirada global a la humanidad muestra que está todavía en pañales, que debemos comprometernos con todas nuestras fuerzas a su servicio. El Papa Francisco afirma que «un renovado compromiso misionero, en la convicción de que la misión renueva la Iglesia, revigoriza la fe y la identidad cristiana, da un nuevo entusiasmo y una nueva motivación. ¡La fe se fortalece dándola! La nueva evangelización de los pueblos cristianos encontrará inspiración y apoyo en el compromiso de la misión universal» (Carta del Papa Francisco con ocasión del centenario de la promulgación de la Carta Apostólica «Maximum Illud» sobre la actividad realizada por los misioneros en el mundo, 22 de octubre de 2017).
Hemos elegido como objetivo del trienio: celebrar con corazón agradecido el celo misionero del Instituto para reavivar, en el mundo contemporáneo de hoy, el impulso profético de nuestro carisma como don a la Iglesia y a la humanidad.
Es una hipótesis para un proceso que realmente toca nuestras vidas y nos ayuda a involucrarnos en una nueva vocación misionera. Se llevará a cabo con este escaneo temporal:

I AÑO 2024-2025: El 14 de noviembre de 2024, durante la Convención de los formadores, una celebración solemne y la palabra de la Santísima Virgen, transmitida en línea, iniciarán oficialmente el período de preparación de tres años.

II AÑO 2025-2026: «Peregrinos de la Esperanza». En la Iglesia viviremos la gracia del Año Jubilar y, como Instituto, celebraremos las Evaluaciones trienales.
Nos uniremos a las iniciativas que se llevarán a cabo para la celebración de la primera expedición misionera de los salesianos.

III AÑO 2026-2027: estará marcado por la celebración del XXV Capítulo General. El 14 de noviembre de 2027 finalizará la celebración del 150 aniversario de la primera salida misionera de las Hijas de María Auxiliadora con el compromiso de un nuevo envío misionero.

Este es el lema: «Ahora es el momento de reavivar el fuego: 150° aniversario de las misiones FMA» (cf. Maria D. Mazzarello, Carta 27).

Nos parece oportuno fortalecer los lazos que nos hacen comunidad en salida y alentar un nuevo impulso misionero como la asunción de proyectos a favor de los menores no acompañados, el compromiso con la nueva evangelización en Europa, también con el envío y la acogida de misioneros de otros continentes, alentando el envío de laicos sensibles y preparados en misión.
La celebración del centenario del nacimiento en el cielo de la Madre Caterina Daghero (1924-2024), las conferencias y publicaciones que siguen ya son una ayuda y nos introducen en la primera etapa del trienio.
En este tiempo de preparación para el 150º aniversario de la primera partida misionera, cada Inspectoría está invitada a redescubrir su propia historia misionera, estudiando las figuras de los misioneros que salieron de allí o que vinieron a traer el carisma salesiano. Sería una excelente oportunidad para comprender cómo hermanas sencillas, con pocas herramientas, a menudo sin la cultura adecuada, fueron capaces de impactar a nivel social, cultural y eclesial, hasta el punto de generar una verdadera transformación de la realidad, a través de una propuesta de educación integral y evangelización valiente.
Por esta preciosa contribución, las hermanas que forman parte de la Asociación de Estudiosos de la Historia Salesiana (ACSSA), otras Hijas de María Auxiliadora y laicos apasionados, pueden ser valorizadas e implicadas en la realización de investigaciones en los archivos inspectoriales y territoriales, para sacar a la luz aspectos aún desconocidos de la historia del Instituto y de las Inspectorías.
Y, sobre todo, seguir adelante sin miedo a emprender, con confianza en Dios y con mucha valentía, «una opción misionera capaz de transformarlo todo, para que las costumbres, los estilos, los horarios, el lenguaje y toda estructura eclesial se conviertan en un cauce adecuado para la evangelización del mundo de hoy, más que para la autoconservación. La reforma de las estructuras, que requiere una conversión pastoral, sólo puede entenderse en este sentido: para que todas sean más misioneras, para que la pastoral ordinaria, en todas sus instancias, sea más expansiva y abierta, para que los agentes pastorales estén en constante actitud de salida y favorezca así la respuesta positiva de todos aquellos a quienes Jesús ofrece su amistad». (El Papa Francisco con ocasión del centenario de la promulgación de la Carta Apostólica «Maximum Illud» sobre la actividad realizada por los misioneros en el mundo, 22 de octubre de 2017).
En este camino particular, nos acompaña y precede María, Madre, Maestra y primera Misionera del Evangelio. Renovemos nuestra confianza en ella con valentía y audacia, para que nos ayude a permanecer abiertos a la voz del Espíritu Santo, que es el único que puede mostrarnos nuevos horizontes misioneros y, como en Pentecostés, puede hacernos hablar en lenguas, anunciar las grandes obras de Dios a la humanidad que sufre (cf. Hch 2, 4.11).

A María confiamos la paz entre los pueblos, nuestras comunidades en dificultad, los jóvenes y las jóvenes a los que amamos con particular predilección carismática.
Feliz fiesta de María Auxiliadora para ustedes, sus familias y comunidades educativas. Que el Señor nos llene de su gracia y nos conceda la capacidad de vislumbrar el futuro en los pliegues ocultos del presente.
Las saludo con afecto y gratitud

Roma, 24 de mayo de 2024

Aff.ma Madre
Sor Chiara Cazzuola

Nuevas inspectoras 2024

Provincia «Sagrado Corazón» del Ecuador
Suor Lupe Judith Erazo Arce
América ECU
Provincia «Mater Ecclesiae» India – Guwahati
Suor Mabel Gothorp
AsiaING
Provincia del Inmaculado Corazón de María India – Shillong
PORMENORES
Suor Rosa Pyngrope
INS
Provincia de San Juan Bosco, Eslovaquia
Suor Jana Kurkinová
EuropaSLK